Por su excelente ubicación en la pampa húmeda, al haber sido atravesada por el Camino Real, fue nervio comunicacional entre Buenos Aires y la Capital del Virreinato del Perú y, luego del establecimiento del Virreinato del Río de la Plata, entre su capital y el interior. 

La situación continuó en la época independiente hasta el desarrollo de los ferrocarriles, fue testigo privilegiada de importantes hechos que resultaron fundantes de la historia de la ciudad de Luján y finalmente de la República Argentina en su conjunto, por lo que merece ser conocida y destacada en beneficio de nuestra memoria e identidad.

En el siglo XVI, Juan de Garay repartió “suertes” o tierras hasta el río Luján, ocupándose primero las zonas más cercanas a su desembocadura. Los gobernadores que lo sucedieron continuaron otorgando “mercedes” a pobladores a ambas márgenes de este curso de agua.

En la mensura realizada en 1635 ya se menciona a Antonio de Rocha, posiblemente de origen portugués, como poseedor de tierras en la zona, de allí habría surgido el topónimo “Cañada de Rocha”, en alusión al arroyo que las cruza y luego, por extensión, a la localidad circundante.

El Camino Real era la ruta que comunicaba el Puerto de Buenos Aires con el Alto Perú (actual Bolivia) y llegó hasta la Ciudad de Lima durante la colonia. Seguía en líneas generales el itinerario de la actual ruta 9 de la Argentina y el Camino Real del Oeste en dirección a Cuyo que se bifurcaba en el hoy territorio cordobés y continuaba un trazado similar a la ruta 7. Cabe señalar que este recorrido era obligatorio para quienes quisieran desplazarse hacia esas regiones y en la Posta de Luján debían presentarse documentos ya que funcionaba como una especie de aduana interior.

Del otro lado de la Cañada y en cercanías del vado que permitía su cruce, se estableció la posta de Cañada de Rocha que era la primera después de la de Luján, y sexta desde la partida desde Buenos Aires, en la actual Avenida Rivadavia.

En 1761 se trasladó desde los pagos de Pilar la imagen hoy venerada como Nuestra Señora de Luján en 1671. Fue entonces que la Sra. Ana de Matos donó no sólo los terrenos que se necesitaban para levantar la capilla y recibir a los fieles, sino también las tierras de la zona de Cañada de Rocha para el sostenimiento de su culto, que pasaron a ser conocidas como la “Estancia de la Virgen. En 1755 se fundó la propia ciudad o villa de Luján en las adyacencias de la capilla.